La Manga un capricho orográfico que ha venido siendo uno de los símbolos que mejor identifican el litoral murciano como enclave turístico: un cordón extendido a lo largo de la laguna de agua salada conocida como Mar Menor. En su origen, lo que actualmente se conoce como La Manga del Mar Menor fue una bahía abierta al Mediterráneo en sus extremos, escollos de rocas volcánicas fueron actuando paulatinamente como frenos de arenas y sedimentos arrastrados por las corrientes marinas, hasta conformar una columna arenosa de dunas y vegetación agreste y extensas playas bañadas por dos mares, el Mediterráneo y el Menor. La Manga es una estrecha franja de terreno cuya anchura varía entre 200 m y 1.5 km. Está cortada por canales naturales que mantienen el contacto entre los dos mares; las llamadas golas permiten la entrada en el agua del Mediterráneo en la laguna. Como tal espacio, se mantuvo virgen hasta la década de los años sesenta, cuando se produce el «descubrimiento» de La Manga como enclave turístico, experimentando una transformación con la urbanización de la zona y la construcción de infraestructuras turísticas.